Como ya sabrás, la cisterna es el depósito que almacena agua para, posteriormente, descargar el agua con suficiente presión de manera que pueda limpiar el inodoro después de su uso. En este post te explicaremos los tipos de cisternas y el funcionamiento completo de la cisterna del wc, así como todas las piezas que la componen.

Existen diferentes tipos de cisternas:

Cisternas de doble descarga

Son cisternas que están diseñadas para el ahorro de agua, ya que dependiendo del uso dado al inodoro te ofrecen dos alternativas al accionar el tirador.

Cisternas empotradas

Son las cisternas que se encuentran dentro de la pared y no son visibles por el usuario, salvo el tirador o pulsador para ponerla en funcionamiento.

Cisternas mochila

Se trata de las cisternas que son visibles y están conectadas a la taza. Son menos agradables a la vista pero tienen la ventaja de que son fáciles de reparar.

Ahora veremos el funcionamiento de una cisterna y las piezas de esta.

Para comenzar, la cisterna debe tener un latiguillo de entrada a la cisterna, ya que por ahí va a ser por donde entre el agua al depósito. Esta entrada estará regulada por un balancín que estará conectado a esta entrada y en el otro extremo tendrá una boya. La boya mediante flotación subirá con el nivel de agua. De forma que mediante su mecanismos cerrará la entrada de agua una vez alcance el nivel de agua deseado.

Para descargar la cisterna, tendremos que accionar el tirador, estos pueden diferenciarse desde simples tiradores de cadena a complejos pulsadores con doble botón o incluso detectores de movimiento que no hace falta ni tocarlos. Una vez accionado el tirador, la pieza clave de la descarga, que es el descargador, abrirá el paso del agua de la cisterna hacia el inodoro. De esta forma se producirá la limpieza del inodoro y se procederá de nuevo a el llenado de la cisterna.

Por último, es importante destacar que la cisterna debe estar bien fijada mediante tornillos al inodoro, además debe permanecer estanca con juntas de espuma apropiadas, de manera que no se produzcan fugas y el agua caiga a una presión suficiente para realizar la limpieza del inodoro.