¿Dónde lo vamos a colocar?
Una de las primeras preguntas que debes hacerte al elegir un grifo para el fregadero es dónde vamos a colocarlo. De ello dependerá su diseño y su forma de uso. Aquí van varios tipos de grifo que dependiendo de su colocación pueden ser más o menos aptos para tu cocina:
Grifo de caño alto
Este tipo de grifo nos proporcionará un mayor espacio libre en el fregadero. Nos resultará más útil para fregar vajilla o utensilios de gran tamaño. Para su instalación hay que tener en cuenta que no podrán estar bajo una ventana que se abra hacia dentro.
Grifo de caño horizontal
El caño bajo u horizontal tiene ciertas limitaciones para lavar objetos muy voluminosos. Sin embargo, puede ser la solución a problemas de espacio en una cocina pequeña o en la que la ventana pueda ser incompatible con un grifo mayor.
Grifo de caño extraíble
Esta versión la podemos encontrar en grifos tanto de caño alto como bajo. Con ellos podemos llegar a lugares con los que con un caño fijo sería más difícil.
Según el mando
Dependiendo de la forma en la que queramos controlar el caudal del agua podemos decidir entre poner un grifo monomando o uno bimando. Los grifos monomando son los que se puede controlar la temperatura y el caudal desde un mismo mando. Los bimando son los que el control del caudal del agua y el de la temperatura están separados.
Según los acabados
Existen múltiples acabados que harán que tu grifo encaje a la perfección en la decoración de tu cocina. Desde acero inoxidable, bronce, níquel, cobre a lo más minimalista con grifos acabados en blanco o negro.

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