Conocer nuestra instalación de fontanería es esencial para anticiparnos a los problemas que pueden ir surgiendo en nuestro hogar. Uno de los mayores desconocidos probablemente son los latiguillos de la instalación que lleva agua potable, fría o caliente hasta el lavabo del baño o el fregadero, por ejemplo. Hoy vamos a enseñaros qué función cumplen y cómo cambiar los latiguillos del lavabo.
¿Qué es un latiguillo?
Un latiguillo es un tubo flexible que conecta los elementos más importantes de nuestra instalación con su correspondiente toma de la pared. Desde lavabos, sanitarios, hasta termos o calentadores dependen de este tipo de conexión. Suelen estar hechos con materiales flexibles de plástico, pero recubiertos de una malla metálica. En sus extremos podemos encontrar dos roscas que aseguran la conexión con la toma y el lavabo.
Comprobaciones antes de cambiar el latiguillo
Antes de empezar siquiera a cambiar el latiguillo debemos efectuar algunas comprobaciones que nos ayudarán a realizar la maniobra a la perfección. Debemos comprobar que la rosca y el diámetro de los nuevos latiguillos son los correctos. Además, los tubos deben quedar lo suficientemente tirantes para que no ocasionen problemas a la larga. Es por esto que es esencial escoger la longitud adecuada que nos permita instalarlos con suficiente holgura, pero tampoco demasiada.
También es aconsejable revisar las conexiones que se necesitan en cada extremo. De normal suelen ir unidos al grifo con una conexión macho, y a la toma de agua con una conexión hembra.
Cambia el latiguillo paso a paso
- Lo primero que debemos hacer, como en la mayoría de operaciones que tienen que ver con fontanería, es cerrar la llave de paso.
- Una vez hecho esto soltaremos las roscas con una llave inglesa.
- Colocaremos entonces cada extremo del latiguillo nuevo en la parte de la instalación que le corresponde y ajustaremos las roscas hasta que queden agarradas bien fuerte.
- Para comprobar que todo ha salido bien y que no quedan huecos por los que el agua gotee, abriremos la llave de paso de nuevo.
Es una operación sencilla pero conviene escoger las medidas adecuadas y no fallar en los pasos para que el remedio no sea peor que la enfermedad.
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