El baño es una de las estancias más importantes de nuestra casa y conviene que nos sintamos a gusto en él además de que podamos utilizar todos sus elementos (inodoro, ducha, lavabo, con seguridad). Esto que parece una obviedad, puede no resultar tan sencillo para una persona de edad avanzada o alguien con movilidad reducida. Si en tu hogar hay alguna persona con esa dificultad te damos 5 consejos para mejorar la seguridad de tu baño.

Ducha, no bañera

El aseo diario es uno de las cosas que más problemas puede traer a alguien con la movilidad reducida. Para facilitárselo hay que saber que la ducha siempre es más segura que la bañera porque se eliminan barreras de entrada (incluso se pueden utilizar duchas a ras del suelo que son las más sencillas de utilizar.

Seguridad anti-resbalones en el baño

Por supuesto si dotamos el espacio de la ducha de sujeciones haremos más seguro este espacio ante posibles resbalones que se pueden dar al estar en contacto con el agua. También podemos contar con sillines específicos para el cuarto de baño. Deberían estar fijados a la pared y ser plegables para poder levantarlos

Si nos ponemos a acometer una reforma, podemos optar por cambiar el suelo por pavimento antideslizante, que evitará riesgos también al salir de la ducha.

El lavabo

Este elemento puede resultar difícil de utilizar si se va en silla de ruedas, ya que muchos de los lavabos que tenemos en casa tienen mobiliario debajo. Debemos optar por escoger un lavabo sencillo sin nada debajo, que se encuentre sujeto a la pared. En cuanto al grifo, si es de palanca o presión ahorraremos maniobras a los que tengan que usarlo.

El váter

El váter necesitará barras laterales para una mayor seguridad a la hora de sentarse o incorporarse. La altura más cómoda serían los 50 cm. También existen las duchas higiénicas que pueden ayudar evitando el uso de papel. Son muy comunes en países como Japón y aquí se empieza a extender su uso.

Adaptado a cada persona

Aunque hemos dado unos consejos generales que pueden ayudar en muchos casos, cada persona es un mundo puede tener una dificultad concreta. Por ello es importante que a la hora de acometer una reforma de estas características pensemos muy bien qué va a dificultar y qué va a facilitar la vida de la persona mayor en cuestión o de movilidad reducida.