Con la llegada del otoño y del frío, es habitual que los sistemas de calefacción trabajen a pleno rendimiento, pero no siempre de forma eficiente. Muchos hogares cometen errores al usarlos que, además de aumentar el consumo energético, pueden acortar la vida útil del sistema. Saber identificarlos a tiempo no solo mejora el confort, sino que también evita reparar costosas averías.
Ahorrar en calefacción no significa pasar frío, sino hacerlo de forma inteligente. Un buen punto de partida es mantener la temperatura programada del termostato en tu hogar entre los 19 °C y 21 °C durante el día. Cada grado adicional puede aumentar el consumo hasta un 7%. Apagar la calefacción completamente durante horas o días no siempre es la mejor opción, reducirla a una temperatura baja constante es más eficiente que encenderla luego desde cero.



